Conocí a Eloy en una travesía entre Gran Canaria y el Aiún, fue una escapada para escalar con mi excuñado Leo, que estaba en proceso de divorcio con mi hermana, la segunda altura de África tras el Kilimanjaro. Por esa época se abrió una linea entre Puerto Cabras en Fuerteventura y Tarfaya en Marruecos, siendo trasladada al Aiún tras el naufragio del buque Asalama de naviera Armas en principio por problemas de corrientes marinas en la entrada del puerto africano. Nuestra llegada a puerto coincidió con manifestaciones saharauis por lo que se dilataba el desembarco por seguridad, con lo cual pasábamos las horas entre el bar y la cubierta observando los movimientos de protesta. Así fue como coincidimos con Eloy y su grupo de amigos los cuales planeaban realizar el viaje desde ahí hasta la Coruña con su todo terreno tras cruzar en Gibraltar. Entre risas y copas nos dejaron desembarcar pero en la misma aduana los manifestantes tomaron nuestro coche como un sonajero y lo zarandearon hasta que la fuerza militar nos devolvió al buque. No se pudo hacer el desembarco y por lo tanto fuimos devueltos a Canarias rompiendo los planes de cuantos habían llegado hasta allí. Durante la travesía de vuelta continuamos haciendo migas y conociendo a José Saavedra, gallego y Antonio de Gran canaria que viajan con Eloy, oriundo de Nava en Asturias. Finalmente la naviera nos ofreció como compensación un bono de islas para no perder las vacaciones y como el barco iba a Fuerteventura decidimos todos quedarnos unos días por allí antes de regresar a casa. Fueron momentos de acampadas en la isla, con entrañables tertulias junto al fuego acompañados por todo tipo de manjares que cargábamos en nuestros 4×4 mas los adquiridos en la isla, así como las mejores aguas procedentes de bodegas diversas. Comenzó una amistad que con el tiempo nos ha unido en contadas ocasiones en las que hemos podido reencontrarnos para otros momentos de aventuras. Fue así como José Saavedra y Eloy me acompañaron a Gambia en un proyecto que estaba desarrollando para Berefet, una aldea que trata de introducirse en la industria de la miel y donde un amigo de un amigo, José Luis, Madrileño, se había instalado hacia 8 años. Teníamos que hacer llegar material y sobre todo específico de protección ya que esa abeja es muy productiva pero se tiene que recolectar la miel en la noche debido a su agresividad. Así fue como nos trasladamos vía Cabo Verde para hacer llegar el material cedido por la casa de la miel en Tenerife a la humilde aldea. Alquilamos un todo Terreno en Banjul pasando 10 días increíbles en convivencia con la gente del lugar todo ello aderezado con la gran hospitalidad que José Luis nos prestó. Navegamos el rio Gambia y pudimos contemplar plantaciones de Cannabis en islotes, en un país considerada la Jamaica de África. Así continuó nuestra amistad y vivencias, como navegar más adelante por las islas orientales desde Gran Canaria en el velero de Eloy. En esa ocasión fimos 5 amigos haciendo la ruta a Morrojable, Gran tarajal en Fuerteventura para después pasar unos días en Lanzarote recalando en el puerto Rubicón. Pero lo mejor estaba por llegar, circunnavegar el archipiélago de Chinijo , una maravilla para los sentidos entre unos islotes vírgenes que me hicieron vibrar sobre todo en la guardia nocturna de navegación , pudiendo observar delfines que se acercan en el silencio de la noche así como grupos enormes de ruidosas pardelas flotando en grupo. Sólo cabe imaginar lo que Alexander Humboldt vivió al pasar por aquellas islas Canarias camino de américa. Así fue como cerramos la circular regresado por la cara oriental en un disfrute a base de cocinar los peces que fuimos pescando mientras costeamos. continuaraá y asi mas
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